Una nota misteriosa, un legado mental
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Una nota misteriosa, un legado mental
*llegó jadeante a varios pasos de donde se podría vislumbrar la puerta de la profesora. Sabía que era esa puerta por la fragancia que desprendía y no sólo era el aroma de la misma esencia o el de un perfume, sino ambas cosas y el mágico de su hechicería, la percibía como el manto que se percibe cuando el cielo amenaza con descargar su aguacero. El tobillo le ardía por el esfuerzo, gotitas de sudor por sucumbir al dolor punzante se sumergían por su rostro embelleciéndola más. Alcanzó el umbral y golpeó en la puerta con timidez, pensando que igual estaría descansando o estaría ocupada... No oyó respuesta pero insistió una vez más pero tampoco obtuvo respuesta... "habría ido a hablar con algunos de los profesores acerca de lo ocurrido..." pensó, se sintió fatigada por el escozor en su tobillo por lo que volver a su habitación para tomar un papel y un boli le resultaba algo realmente pesado, pero tampoco quería entrar sin permiso. No le quedaba de otra y ya se disponía a volverse sobre sus pasos cuando oyó a alguien detrás de ella:
-Ainss... que cabeza tienes, niña... -dijo Audrey con un tono de voz que rozaba la burla y el sarcasmo- toma anda... menos mal que me tienes a mí... -Se sacudió un mechón de pelo que le caía por el hombro mirándola con desdén mientras sostenía en alza un cuaderno del tamaño de una agenda y un bolígrafo adherido en las anillas (obviamente, Audrey no está ahí, es el punto de vista demencial de Rayne que la hace "ver" y "oír" como si fuese otra persona que está con ella), Rayne toma el cuaderno y lo abre por la altura aproximada de la mitad, toma el boli y comienza a escribir las primeras líneas, tachándolas acto seguido y pasando una nueva página comienza a escribir nuevamente sin dejar aquella costumbre de humana con trazos. Tardó lo suyo por lo que se había agazapado con la espalda apoyada a la puerta del despacho, de cuclillas mientras se apoyaba en su propia rodilla para escribir sobre una planicie plana. La nota quedó de la siguiente manera:
Estimada profesora, antes de nada quería agradecerle por su ayuda y la del otro profesor (aún desconocía el nombre del otro profesor que la había salvado aunque creía haberles oído decir Alexander pero no daba por seguro aquello, demasiados acontecimientos para una mente inestable como ella) de no haber sido por vuestra rápida intervención no sé qué habría pasado de mí. Bien ya me encuentro bastante mejor aunque no me haya regenerado por completo, pero eso ahora ya no importa. Bien, debido a éste suceso y otros motivos que me serían imposibles narrarlos bajo escritura me eh planteado que podría prestaros ayuda en caso de que sea necesaria, creo firmemente en lo que podría ocasionar bajo mi propia locura, ehmm, conozco el reto pero para eso estoy en ésta Academia, así que me pondré a esforzarme para fomentar mis poderes vampíricos, pero eh tenido una idea o un concepto más bien de cómo podría ayudar, verá, eh comprobado conmigo misma que la mente (y bajo mis antiguos conocimientos pero eso ya… tampoco tiene importancia) es un mundo paralelo, cada individuo lo fomenta de alguna manera, algunos emplea una habitación donde va decorando las paredes con hermosos cuadros (recuerdos) otros los amueblan, otros es un paisaje con hermosos riachuelos o lugares siniestros ensangrentados… enumerarlo sería apoteósico, bien, mi poder es capturar una serie de; cuadro, piedra, mueble, lo que sea que el individuo maneje en su córnea dentro de su materia gris y plagiarlo, tergiversarlo, enredarlo, destruirlo o montarlo cual piezas de un puzle, con ello consigo bien infundir mi propia locura o recuperar algún recuerdo vago, no obstante, también hay partes del cerebro que no podría realizar ningún cambio, eso le clasifico como Memorias permanentes, son esos hilos adheridos que nos implantan cuando nacemos y que nos regimos en concepto a lo que solemos hacer diariamente o como un acto de inconsciencia o acto reflejo que nos mueve en línea recta… Ahm… creo que mi poder podría ayudaros a debilitar a esa cosa que me atacó, espero tengan en consideración mis intenciones. Disculpe por escribir tanto, Buenas Noches.
Leyó por encima y luego se centró mejor para corregir algunas faltas hasta que consideró que estaba perfecto, giró su cuerpo para pasar la nota por debajo de la puerta “Espero la vea”, cerró el cuaderno y se lo colocó a la espalda en el borde del short, oculto bajo la blusa con el boli adherido en las anillas y se dispuso a caminar ahora más despacio y tranquilo, apoyando la puntera del pie dolorido en el suelo y acentuando la cojera para prevenir una nueva oleada de calor y dolor por el esfuerzo. “Ahora debería ir a hablar con el profesor Camael…” ya que estaba por allí, iría a su despacho a ver si lograba encontrarlo.*
[Cambio de escena]
-Ainss... que cabeza tienes, niña... -dijo Audrey con un tono de voz que rozaba la burla y el sarcasmo- toma anda... menos mal que me tienes a mí... -Se sacudió un mechón de pelo que le caía por el hombro mirándola con desdén mientras sostenía en alza un cuaderno del tamaño de una agenda y un bolígrafo adherido en las anillas (obviamente, Audrey no está ahí, es el punto de vista demencial de Rayne que la hace "ver" y "oír" como si fuese otra persona que está con ella), Rayne toma el cuaderno y lo abre por la altura aproximada de la mitad, toma el boli y comienza a escribir las primeras líneas, tachándolas acto seguido y pasando una nueva página comienza a escribir nuevamente sin dejar aquella costumbre de humana con trazos. Tardó lo suyo por lo que se había agazapado con la espalda apoyada a la puerta del despacho, de cuclillas mientras se apoyaba en su propia rodilla para escribir sobre una planicie plana. La nota quedó de la siguiente manera:
Estimada profesora, antes de nada quería agradecerle por su ayuda y la del otro profesor (aún desconocía el nombre del otro profesor que la había salvado aunque creía haberles oído decir Alexander pero no daba por seguro aquello, demasiados acontecimientos para una mente inestable como ella) de no haber sido por vuestra rápida intervención no sé qué habría pasado de mí. Bien ya me encuentro bastante mejor aunque no me haya regenerado por completo, pero eso ahora ya no importa. Bien, debido a éste suceso y otros motivos que me serían imposibles narrarlos bajo escritura me eh planteado que podría prestaros ayuda en caso de que sea necesaria, creo firmemente en lo que podría ocasionar bajo mi propia locura, ehmm, conozco el reto pero para eso estoy en ésta Academia, así que me pondré a esforzarme para fomentar mis poderes vampíricos, pero eh tenido una idea o un concepto más bien de cómo podría ayudar, verá, eh comprobado conmigo misma que la mente (y bajo mis antiguos conocimientos pero eso ya… tampoco tiene importancia) es un mundo paralelo, cada individuo lo fomenta de alguna manera, algunos emplea una habitación donde va decorando las paredes con hermosos cuadros (recuerdos) otros los amueblan, otros es un paisaje con hermosos riachuelos o lugares siniestros ensangrentados… enumerarlo sería apoteósico, bien, mi poder es capturar una serie de; cuadro, piedra, mueble, lo que sea que el individuo maneje en su córnea dentro de su materia gris y plagiarlo, tergiversarlo, enredarlo, destruirlo o montarlo cual piezas de un puzle, con ello consigo bien infundir mi propia locura o recuperar algún recuerdo vago, no obstante, también hay partes del cerebro que no podría realizar ningún cambio, eso le clasifico como Memorias permanentes, son esos hilos adheridos que nos implantan cuando nacemos y que nos regimos en concepto a lo que solemos hacer diariamente o como un acto de inconsciencia o acto reflejo que nos mueve en línea recta… Ahm… creo que mi poder podría ayudaros a debilitar a esa cosa que me atacó, espero tengan en consideración mis intenciones. Disculpe por escribir tanto, Buenas Noches.
Leyó por encima y luego se centró mejor para corregir algunas faltas hasta que consideró que estaba perfecto, giró su cuerpo para pasar la nota por debajo de la puerta “Espero la vea”, cerró el cuaderno y se lo colocó a la espalda en el borde del short, oculto bajo la blusa con el boli adherido en las anillas y se dispuso a caminar ahora más despacio y tranquilo, apoyando la puntera del pie dolorido en el suelo y acentuando la cojera para prevenir una nueva oleada de calor y dolor por el esfuerzo. “Ahora debería ir a hablar con el profesor Camael…” ya que estaba por allí, iría a su despacho a ver si lograba encontrarlo.*
[Cambio de escena]
Rayne- Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 17/08/2011
Edad : 79
Localización : Donde no haya nadie más que mi propia sombra
Re: Una nota misteriosa, un legado mental
*De haber salido antes de la habitación/despacho de Alexander tal vez hubiera encontrado a la joven Rayne, pero solo se encontró con su nota, la leyó con sumo cuidado, mientras la tenía la carta en una mano y la otra en la chapa de su puerta a punto de girarla para entrar. Dobló la hoja y entró a su despacho, luego hablaría con la joven y a pesar de que no tenía firma sabía que era de Rayne, quién más. Y entró a su oscuro despacho para tomar algunas cosas, darse un baño vestirse propiamente y poder salir a dar clases*
*Cambio de Escenarios.Cierro rol*
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