Requiem por un amigo

(Continua de la primera clase)

La primera clase había terminado, sin embargo Haziel estaba de vuelta en el aula de magia blanca. Permanecía sentado en una de las bancas, pensando en la asignación que había pedido la profesora.

-Entrevistar a un demonio… escribir todas nuestras impresiones sobre estos seres-

Murmuro despacio con la mirada perdida. Los recuerdos llegaban a él y cuando se mencionaba la palabra demonio, Nekrha era el primer nombre que le venía a la mente. Tomo papel y pluma y comenzó a escribir.

“Crueles verdugos y amos despiadados, monstruos sádicos, egoístas y asquerosos traidores…”

Soltó la pluma y su rostro mostro la tristeza que le traían los recuerdos. Pasaron unos segundos y continuó.

“Poderosos y orgullosos, guerreros incansables y estrategas consumados, leales compañeros y excelentes subordinados, seres fieles a su palabra… y magníficos amigos…”

Cerró los ojos y las imágenes volvieron a él. Era la Edad Media cuando una de las peores plagas emergió del abismo a la tierra. Los demonios, vampiros y demás entes oscuros azotaban las ciudades y pueblos, mientras la Santa Inquisición condenaba injustamente a inocentes. Muy a su pesar Nekrha y Haziel habían tenido que formar una precaria alianza, pues el antiguo y poderoso amo de Nekhra era el enemigo a vencer.
La batalla se extendió por varios años, tiempo durante el cual ambos finalmente aprendieron a confiar en el otro. Habían luchado y sangrado juntos, habían disfrutado de grandes victorias así como de dolorosas derrotas, había a prendido a reír… pero también a llorar. Haziel odiaba y se negaba a admitirlo, pero hasta entonces ese maligno ser era lo más cercano que había tenido a un amigo, y no había noche en la que no sufriera al pensar lo que sería de ambos una vez que su enemigo en común fuera destruido.
Ese día el ángel volaba de regreso a la guardia, así era como llamaban a los sucios tuneles y cuevas que les servía de refugio. Noto a la distancia una columna de humo y sintió como la desesperación se apoderaba de él. Al llegar comprobó que la destrucción del lugar era consecuencia de la titánica batalla que ahí se había desarrollado y un inmenso dolor atravesó su corazón al ver el cuerpo de Nekrha destrozado y clavado con lanzas a una enorme roca. Corrió hacia él, pues el demonio seguía con vida. Retiro una a una las lanzas que lo aprisionaban a la roca y con delicadeza lo tomo entre sus brazos. De inmediato coloco sus manos sobre él intentando sanarlo, pero hacia mucho tiempo que había perdido esa habilidad. Cerró los ojos y lo abrazo con fuerza.

-Eres un estúpido… debiste haberme llamado.

El demonio agonizaba, aun así sonrió a su compañero.

-Si lo hubiera hecho… -Su sonrisa desapareció pues su respiración era lenta y dolorosa- ahora estaríamos los dos clavados a la roca… nadie hubiera cobrado venganza… por nuestra muerte… -Aun a pesar de lo terrible de sus heridas el demonio aparto al ángel -Mi muerte se acerca… por favor… no seas ridículo -Sonrió de nuevo al mirar la tristeza en el rostro de su amigo- … no quiero perder… el poco respeto que te tengo…
Haziel sonrió mientras trataba de disimular sus lágrimas.

-Algún día compañero… algún día nos volveremos a encontrar. En esta vida o en otra, solo espero que sea en mejores circunstancias… quizás como humanos… sí, eso sería perfecto. Te mostraría lo hermoso de este mundo y conocerías lo que es la verdadera felicidad…

-Siempre dices estupideces… cuanto tiempo… tuve que soportarte. –Aun cuando su muerte era casi un hecho, no dejaba de sonreírle al ángel. - Si renaciera como humano… es más que obvio que mi destino sería el de un rey, un emperador… -De pronto saco todas las fuerzas que pudo y exclamo con potencia. -¡Un tirano! ¡Gobernaré con puño de hierro y sembraré terror en los corazones de mis enemigos! ¡Mis dominios se extenderan mas allá de los mares y mi poder sera absoluto e incuestionable!… -Interrumpió su discurso pues las fuerzas se le terminaban- Si, eso sería perfecto… -Miro al ángel- … y tu serás mi esclavo… -Tomo la mano de Haziel y la apreto con la poca fuerza que
le quedaba- así que más vale que te prepares… porque tu próxima vida será todavía mas difícil…

-Voy a orar por que así sea… se que serás un magnifico emperador… hasta pronto… amigo…

-Hasta… pronto… her… man….

El papel se mancho con las lágrimas del ángel. Con su mirada fría e inexpresiva tomo el reporte y lo arrojo al cesto de basura que estaba en el aula. Se puso de pie y camino con rumbo a la oficina de alguno de los profesores para realizar la entrevista. Después iría al jardín para buscar un lugar donde sembrar. Tenía mucho trabajo que hacer.

(Cambio de escenario)