Tanteándo el nuevo hogar

*Sólo una noche, tan sólo una noche desde que había sido ingresada en la gran Académia Iterludium, se sentía algo abrumada y desconsolada... Estaba acostumbrada (u obligado a sentírse así) a caminar entre las sombras sóla, desterrada a un océano oscuro, frío y desolador. La noche no había más que comenzado a darse paso cuando Rayne habría abierto los ojos y desalojado el ataúd que había pedido instalar en su nueva habitación y entrado en el lavabo, habría ido hasta la pila y dejado abrir el grifo viéndo como el agua caía en cascada hasta que el desaguë tragaba sin especular sonido alguno, no como en su antiguo escondite que parecía que las cañerías estavan a punto de reventar y producía aquel sonido debastador. Abría metido las manos en aquella corriente de agua, capturándo en sus palmas el agua limpia y llevado hasta su rostro... También habría tenido su disputa con "Audrey" sobre aquel repentino cambio, pero la discusión habría cesado a favor de Rayne, obligándo a "Audrey" a callarse y regresar a su oscuro mundo. Saldría de la habitación a eso de las 9:45h pasadas del meridiano (por la noche, vamos) y sin siquiera prestar atención habría recorrido los pasillos del castillo, sólo hizo un alto y levantó la vista al lugar donde paraban sus pies, quizás el olor de la cena recién hecha y el humeante ambiente la habría despertador del sopor. Observó las mesas largas dispuestas con sus sillas bien colocadas alrededor de las mesas, capturó el respaldo de una y la arrastró unos metros hacia sí, alejándo la silla de la mesa y dejó caer el peso de su cuerpo en ella, colocó ambos codos en la superficie lisa y embadurnada de la mesa y apoyó su cabeza en sus puños, una postura pensativa sin duda y derepente oyó la voz de "Audrey" nuevamente, aquella voz sensual y tintineante, esporádica y alegre, Audrey era así, una chica jovén y sensual capaz de seducir hasta el mismísimo Karl Heinrich Ulrichs, sin embargo, ella misma, a pesar de usar el mísmo tono de voz, el de Rayne era más apagada e intervalaba una serie de minivalísmos que podría incluso clasificarse como "infantil". Y allí estaban, ambas en el comedor de la académia, sólas... aún no se habría topado con nadie desde su llegada "será pronto aún y de momento no habrán muchos alumnos" pensó.

- ù.ú ésto es una ridiculidez, Rayne... no sé por qué has decidido sin consultarme, ni escucharme siquiera de venir a éste lugar.... me dá mala espina y ya sabes que soy buena predicciendo los acontecimientos...-
Rayne deja exhalar un suspiro funesto.
- ¡aaaah! déjame en paz, sabías que debíamos hacer ésto, al menos tenemos techo y un plato todas las noches... - En ese momento su estómago comenzó a rugir, ¿Cuántas horas llevaba sin saborear la dulce vitae?.
- Jajajaja, ¿Creés que ésto es buena ídea? ya me vendrás llorando como siempre has hecho, niñita de papá...- levantó el rostro y miró alrededor con entusiasmo y curiosidad- Al menos el sitio es bonito... y elegante... Pero, ¿Dónde estará el camarero? Tengo sed ¿Y tú?.-

Rayne no miró, dejó hundir su rostro entre sus manos con los ojos cerrados haciendo caso omiso de Audrey, "Debería hablar con algún profesor, si encuentro alguno, de cuáles son las normas contundentes sobre la caza, si no hubiese ninguna ley estricta con el tema, igual podría cazar alguna alimaña en el exterior del castillo para llenarme el buche vacío de mi estómago" pensó y en ese momento sí hico ademán de movimiento, alzando su cabeza y llevándose una mano al estómago como si intentase hacerlo callar.*

Dorianne Vane-Gray escribió:-Entrañadamente conocía los miles de olores de aquella exquisita comida, saboreandocela pero, sin poderla probar siquiera un poco- Que me dirán si pido "un vaso de vino sabor sangre" .. ahh,,, - Suspirando así, se encontró con una persona en el comedor, que parecía hablar sola, ladeó la cabeza un poco y se acercó, no parecía estar bien así que si podía le ayudaría en algo.

- Disculpa Estaís bien?, teneís hambre cierto? -le miraba sonriendo puesto a que cuando ibas al comedor, es a lo que llegabais a hacer.- Pues, podríamos ir a la cocina, ó..-mirando de lado a lado haber si veía a alguien que pudiese traer algo de comer- Umm no hay nadie, Iré yo, Pero, ¿Que quereís de comer señorita....-Esperando el nombre de aquella criatura femenina-

*Observa a la chica levantando ligeramente el rostro, sus ojos deslumbra un poco de locura, Audrey había desaparecido repentinamente en cuanto había captado el sonido de la otra voz y Rayne intentó sonreír sin parecer una Jocker.

-n.n sí, estoy bien, tan sólo estoy hambrienta y aún desconozco éste lugar.... -iergue su cuerpo apoyándo la espalda en el respaldo de la silla manteniendo una mirada más fija.- Soy Rayne ¿Y tú?-

Observa a la chica y comienza a evaluarla, tal parece que la chica también es una recién llegada y anda cual perdida como ella misma. No obstante, dirige su mirada a los diversos puntos donde la joven observa, pareciera que buscase algo o a alguien. Se encoge de hombros cuando le pregunta qué desea comer y sonríe mostrando sus colmillos, no en un gesto agresivo, sino infantil e inocente.

-Sangre... sangre estaría bien...... 0+ a ser posible o 0-, aunque dudo que haya 0- y si lo hay.... será expresamente bajo consumo mínimo jmjm- Observa a la joven mientras espera su respuesta.*

*encogiendose de hombros y sintiéndose nuevamente en la soledad, se pone en pie alzándo una mano por encima de su cabeza y haciéndola mover de derecha a izquierda en un gesto de saludo y se dispone a demabular por la academia para decidir qué clases tomar. No es que lo tubiese meditado y aún sus tripas seguían rugiéndo, pero había meditado que sería mejor ir empezando a ver qué clases podrían venir bien para controlarse y sobre todo, mantener la mente ocupada y no tenerla en aquel entrecijo alborotado que reinaba en su materia gris; Iría primero a clases de armas, luego quizás a una de magia ya que, en ese punto, necesitaba un estricto control para poder manejar sus disciplinas vampíricas, ya que sin su Sire que le mostrase el camino, no sabía de qué era capaz de hacer.
Antes de salir del comedor, saca una notita del bolsillo trasero del short y leé: Uthark Runa.... y unas indicaciones, también iría a visitarlo. De momento ese era el plan. Dejó salir el aire de sus pulmones y sale del comedor sin siquiera voltear a ver a la chica que la había acompañado en ese breve instante, dejándola sóla*

[Cambio de escenario]