Desesperadamente una buena transfusion de 0+

*No tubo que andar mucho de hecho, estaba en los pasillos y correderos cuando salió de la estancia para encaminarse hasta el comedor. Se sentó en una mesa apartada donde la luz eléctrica no proyectaba nada más que sombras, había retirado la silla sin hacer mucho ruído y dejó caer su cuerpo, con los codos apoyados en la mesa y su cabeza hundida con las manos perdiéndose en el oceáno negros de sus cabellos. Su mente viajaba en modo flashback desde el momento en que convivía cada noche y día en un sótano abandonado encadenada, sintiendo como la bestia que crecía en su interior le gritaba saciar la sed que sofocaba su garganta, Barbie apenas la alimentaba y al estar condenadamente ataviada a las cadenas ancladas a la pared, apenas mantenía el hambre estrictamente sucumbida, sólo cuando la suerte estaba de su parte, podía cazar alguna rata que merodeaba por la estancia mohosa y ensangrentada, cuyas paredes y suelo emanaba los aromas de su cuerpo y el de su Sire trás los actos nocturnos de sus encuentros lascivos... Aquellos recuerdos le produjeron arcadas recordando como despertó su primer bocado, descubrir la nueva éxtasis, el bistec de los depredadores cuando hincó sus colmillos, conmovida por la desesperación a uno de esos roedores y saborear su jugosa sangre... cuando pasas hambre... hasta las piedras tienen buen sabor... Pero su mente era su mente y viajar a aquellas noches iban mezcladas con la mirada del ente y su risa deprabada, de tumulos sin rumbo con los brazos extendidos en esos momentos en silencio, pero sabía que si provocaban sonido alguno eran capaces de aniquilar....

-¿Desea algo la señorita? .... Vaya, por su aspecto pareciera que no ha comido en días... déjeme adivinar... ¿Sangre?....-La voz de aquella joven provocó que diese un respingo, moviendose en su asiento a la defensiva, por suerte no era muy espabilada aún como para atacar con sus garras o sus dientes. Miró los ojos almendrados de la doncella que estaba junto a ella de pie con una sonrisa dulce que contagiaba tranquilidad. Asintió con la cabeza y vió como la chica se ponía en marcha alejandose hasta alcanzar una puerta movil y desaparecer por ella... Dedujo que la chica no tendría más de veinte años, morena y tez pálida... se recordó a sí misma cuando aún conservaba algo de humanidad. Esforzó una sutil sonrisa apartando la mirada del lugar donde había desaparecido la doncella, sus manos peinaban el enmarañado cabello mostrando por entero su hermoso rostro aún apenado y lunático. No tardó mucho en hacer notorio a través del rabillo del ojo a la joven doncella reaparecer, ladeando el rostro para observarla con más verosimil.- Aqui está... un par de bolsas de 0+, espero que con eso sea suficiente, señorita... si desea más estaré en la cocina.- Hizo un gesto de reverencia antes de apartarse, con una mirada dulce e inocente en aquellos hermosos ojos. La vampiro tan sólo sonrió e hizo un gesto con una mano de que efectivamente podía retirarse y así hizo la joven. Tomó una de las bolsas y observó unos instantes su contenido, entreviendose en el reflejo del plástico de la bolsa y sin aguantar más su impulso deborador, abrió la bolsa a lo bestia con sus dientes y tragó aquel líquido sin pensarselo dos veces, sintiendo como la sed se iba apagando y su cuerpo vibraba ante aquel remolino de estabilidad.*

*La sangre fluía, inundado su boca hasta el extremo que gotas derramaban por su barbilla a causa de la saciedad, el torrente aclamaba el sofoco de su angosta garganta sedienta como cascadas calmando el fuego de su ayuno. La seguna bolsa cayó seguida de la primera con voracidad y con ésta notó como sus fibras tiraban ligeramente su piel para comenzar a cerrar las heridas ocasionadas, aquello dolía, ooh desde luego que sí, se etaba sintiendo mareada y colpasada. Dejó las bolsas vacias y se levantó de la silla sin detenerse en volverla a colocar nuevamente en su sitio y simplemente salió del comedor rumbo a su dormitorio, en el cuál descansaría hasta que sus heridas hayan cerrado por completo y su textura haya alcanzado su estado culmine. Visualizó a la doncella que salía de la cocina para retirar los deshechos con suma competencia, despidiendose con su sonrisa alegre y despreocupada a lo que la vampira sólo dió la espalda y caminó apresurada saliendo de la estancia.*

[Cambio de escena]